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Habiendo comprendido que ser Hijo de Dios realmente significa: ‘ser como Dios’, y que esta semejanza no la adquirimos por nuestra propia osadía, sino porque el mismo Dios así concibió al ser humano en su mente y en su ‘vientre de compasión’, diseñándonos en su imagen y semejanza, quizá nos sea mas fácil entender otro enigma, ocurrido mucho antes de la creación – la verdadera osadía de alguien que realmente se enalteció, al querer ‘hacerse como Dios’:
12¡Cómo has caído del cielo, oh lucero de la mañana, hijo de la aurora! Has sido derribado por tierra, tú que debilitabas a las naciones.13 Pero tú dijiste en tu corazón:‘Subiré al cielo, por encima de las estrellas de Dios levantaré mi trono, y me sentaré en el monte de la asamblea, en el extremo norte. 14 Subiré sobre las alturas de las nubes, me haré semejante al Altísimo.’ Is. 14:12-14
Curiosamente, su enaltecimiento no consistió en intentar subir a las alturas, pues en las alturas -en el mismo monte de Dios se encontraba cuando codició tal cosa; de hecho, fue de las alturas de donde fue arrojado:
Tú, querubín protector de alas desplegadas,Yo te puse allí. Estabas en el santo monte de Dios……Yo, pues, te he expulsado por profano del monte de Dios…. Te arrojé en tierra, (leer Ez. 28:14-17);
Vi caer a Satanás como un relámpago (ver Lucas 10:17-20)
Lo anterior revela que tal enaltecimiento, mas que hacia un lugar físico o puesto, apuntaba hacia un diseño o una imagen y posición superior, ciertamente inalcanzable para él, pues este querubín alado, con toda su perfección, talento musical, inteligencia y belleza, nunca fue creado ‘a imagen y semejanza de Dios’; él nunca fue diseñado en la integridad del diseño divino, con la perfección, completitud, majestad, magnificencia, gloria, honra con los que Dios nos diseñó a nosotros, los seres humanos, corona de su creación, ya que este ‘pobre diablo’ era sólo un angelito:
“¿No son todos ellos espíritus ministradores (servidores), enviados con la función de servir a los que han de heredar la salvación? Heb. 1:14
“… enviados en servicio por amor de los que son los herederos de la salud?” Heb. 1:14 (El Espejo)
¿Y quienes son éstos herederos? “No acaso nosotros, los Hijos de Dios?
Efectivamente, como podrás darte cuenta, cuando este ser aspiró ‘Ser como El Altísimo’, realmente estaba codiciando el diseño – la imagen, la semejanza y la posición junto con Cristo que Dios tenía reservado para SUS HIJOS, y aunque los copistas (los que tradujeron la Biblia) nos redujeran a un poquito menores que los ángels, el idioma original nos describe como : מְעַט (un poquito o menos) וַתְּחַסְּרֵ֣הוּ חָסֵר (te faltará) מֵאֱלֹהִ֑ים (de Elohim o de Dios).
Francois du Toit lo parafraseó de esta manera:
“Él ha hecho a la humanidad nada menos que como Él mismo; los coronó con su propia gloria y dignidad, y los asignó a una posición de autoridad sobre la obra de sus manos. (ningún ángel puede presumir de ello – Sal. 8:4-6)”. Heb. 2:7 El Espejo de la Palabra
Lo anterior nos ayudará a comprender por qué Satanás aborreció a la humanidad desde un principio y por qué corrompió la integridad de nuestro diseño, al robarle al ser humano la consciencia de su imagen divina y por consiguiente, de su identidad de Hijo de Dios, en la cual radica su inapreciable valor y seguridad.
Fuera de esta imagen, el hombre no hallaría refugio; puedo asegurarlo basada en la palabra traducida como ‘imagen’, el hebreo ‘tselem’, cuyo significado es: “refugiar bajo una sombra” – no una sombra opacante u obscureciente, sino una sombra refrescante y protectora del calor ardiente.
Este significado trae a mi memoria el Salmo 91
“El que habita bajo el abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente….”
Curiosamente, la escritura hace mención de un árbol “altísimo” en Ezequiel 31, en el que Asiria, nombre que interesantemente significa ‘poderoso o exitoso’, es comparada con un cedro, el mas alto y mas frondoso de los árboles, cuya exuberancia y riqueza provenía de las aguas que lo alimentaban, y cuyo corazón “se elevó con su altura” (v.10). Engreído por tal ‘imagen’, este árbol se olvidó que su belleza, exuberancia y gran altura provenían de ‘las aguas’ que le alimentaban, símbolo del Espíritu de Dios; por tal razón, Dios lo dejó a la impiedad de las naciones (v. 11).
Este árbol en Ezequiel 31, representa al sistema de creencias que dio origen al imperio de Asiria, del cual surgió “Babilonia”, y tantas otras civilizaciones que surgirían después, aun hasta nuestros días, mismas que en su continua e insaciable búsqueda de ’poder y éxito’, se han cobijado bajo la sombra de este árbol, de donde han adquirido su identidad o su ‘imagen’– sin saber que éste ya ha sido derribado, desarraigado y a punto de ser echado al fuego, y que así como sus ramas yacen quebradas por toda la tierra, así ellos mismos algún dia quedarán.
En esto consistió realmente ‘el pecado original’. Se ha hecho tanto énfasis en la trasgresión como una simple ‘desobediencia’ que nos costaría la confianza de Dios, mas la verdadera transgresión ocurrió cuando el ser humano se refugió bajo una ‘sombra’ contraria a su diseño que le hizo perder la confianza en su Padre y por consiguiente, la noción de su imagen y semejanza en Él, inherentes en su identidad de Hijo, perdiendo de vista la gloria de Dios en si mismo – lo cual lo hizo sentirse ‘desnudo’, del hebreo ‘eyrom’ cuyo significado es ‘vacío’, ‘destituido’ o expuesto al peligro’, ‘completamente indefenso’,queriéndose cubrir con hojas de un árbol de dolor y muerte. En eso consistió su pecado.
Confirmemos esta aseveración al entender el significado de ‘pecado’ en su idioma original:
Pecado – del hebreo chata’ -traducido comunmente como ‘no atinarle al blanco’, significa: relinquir, tropezar, extraviarse, errabundear, -como en el caso de “un hombre aterrado y confundido y, por tanto, en huida precipitada, confundiendo el camino”. (Léxico hebreo-caldeo de Gesenio).
La palabra griega para pecado es ‘hamartia’, de la raíz ‘hamartano’, compuesta por la raíz ‘ha’ -un negativo, y ‘meros’, la raíz de “morphe”, que significa forma o porción –
“sin su porción asignada”, o ‘sin forma”, apuntando hacia una identidad desorientada, distorsionada, en bancarrota… El pecado sería cualquier cosa que nos distraiga de la conciencia de nuestra semejanza…. vivir fuera de contexto del cianotipo de nuestro diseño; comportarse fuera de sintonía con la armonía original de Dios.
Ver Deut. 32:18, “¡Has olvidado la Roca que te engendró y has perdido el paso con el Dios que bailaba contigo!” del Hebreo, kul o kheel, – bailar. …La raíz del pecado es creer una mentira acerca de ti”.
“La palabra injusticia, ‘adikia’- del negativo o externo ’a’, y dikia, la cual indica que dos partes encuentran similitudes entre sí; por consiguiente: “relación en conflicto”.
Toit, Francois Du, Biblia de Estudio El Espejo (traducción mía).
Con toda seguridad, ésto nos ayudará a entender por qué el ser humano cada día es tan ferozmente atacado, aun desde el mismo vientre, o a través de nuestra ‘auto-imagen’, al bombardearnos con tantas ‘imágenes’ falsas de nosotros mismos – sombras bajo las cuales muchos hijos de Dios están siendo programados a ‘refugiarse, hoy en día desde la infancia, con la única finalidad de corromper la integridad del diseño divino con el que fuimos creados, y de robarnos nuestra identidad, nuestro descanso y por consiguiente nuestro verdadero refugio – la sombra – la imagen del altísimo en nosotros, quedando expuestos al peligro y la destitución.
‘El justo por Su fe vivirá’, esto lo dijo Habacuk refiriéndose a la Fe de Dios. Así fuimos diseñados y cuando no conocemos lo que Dios conoce ser verdad acerca de nosotros, nuestra fe se convierte en fantasía. La fe nos ‘sucede’ cuando descubrimos lo que Dios hizo por nosotros. De no descubrirlo, la vida se nos escapará de las manos como un puñado de arena.
La Buena Noticia es que Cristo vino a deshacer las obras del diablo, y triunfó. Conoce cual fue Su Gran Victoria.
Gracia en abundancia.