En Gálatas 1 al 3, aprendimos lo que es el “evangelio diferente, lo que es el pecado, y lo que es la carne y vivir según la carne, y concluimos que el verdadero enemigo no es tanto el diablo, sino la Ley del Viejo Pacto, la cual es la única baraja que le queda al diablo para aterrorizar a las naciones e intentar aniquilar a la humanidad antes de que su tiempo se termine y su hora llegue.
Asimismo, en los primeros 3 capítulos de Romanos, Pablo nos mostró que la Ley no se limita a la Ley del Viejo Pacto, en la que los hebreos habían confiado para obtener la vida, pues los gentiles también vivían bajo la Ley, la cual se encuentra arraigada en la consciencia humana desde su caída.
Puesto que la Epístola de Gálatas es un fuerte argumento contra esta Ley, es necesario que entendamos lo que ésta realmente significa para entender la diferencia entre Evangelio y “religión” y saber cual de los dos hemos creído.
La Ley es toda forma de justicia o rectitud propia basada en mérito o esfuerzo propios para poder cumplirse. Vivir bajo la Ley es una vida basada en estos preceptos; bajo la Ley somos “lo que nos tocó ser”, basados en lo que alcanzamos a hacer o a tener (linaje, color de piel, títulos nobiliarios, académicos, posesiones, talentos, etc), lo cual nos otorga un valor o una identidad “falsos”; de acuerdo al Evangelio de Pablo, esta es la vida “según la carne”.
Cada nación establecerá su ley basandose en la justicia del hombre (en apariencia) y no en la justicia de Dios revelada en el Evangelio de Gracia por la fe (Rom. 1:17), dada al hombre como un regalo, pues la justicia del hombre es “trapo de inmundicia” ante Dios (Is. 64:6).
Toda forma de ley: religión, filosofía, altruismo, humanismo, meditación trascendental, o cualquier cosa que nos ayude a mejorar nuestra vida substituyendo la obra del Espíritu de Dios, será solo una imitación de la vida que Dios intenta darnos bajo la Gracia, y aunque se viera autentica o aun superior, solo te robará de esa misma vida, porque al vivir bajo la Ley, aun cuando en apariencia nos veamos “rectos y justos”, nos separamos de la influencia de Dios, y acusados por nuestra propia consciencia, viviremos en culpa y temor, que son requisitos de toda forma de esclavitud.
Sin embargo, Pablo nunca exhortó a nadie a romper la Ley, sino a vivir bajo la influencia del Espíritu Santo, que es vivir bajo la Gracia, la cual es una forma “superior” de vida, por ser sobrenatural, pues está basada en la influencia del Espíritu Santo en nosotros a través de nuestra fe, sin nuestra ayuda por fabricarla, pues se produce como un fruto de escuchar del Amor de Dios por nosotros y de lo que fuimos hechos en Cristo por causa de lo que Él hizo. Este tipo de vida nos liberta de nuestro esfuerzo y de los efectos de la Ley en la carne, pues la Ley es la fuerza del pecado, (1 Cor. 15:56) y el pecado no se apoderará de nosotros bajo la Gracia (Ver. Rom. 6:14)
Esta mentalidad superior de la Gracia y del Amor de Dios contenida en Su Espíritu está disponible para ti al conocerla y creerla. Leamos nuevamente Gal. 4 de“El Espejo de la Palabra de Francois Du Toit, (Mirror); tambien incluyo las escrituras y comentarios anexos por el mismo autor que expanden nuestro entendimiento del Evangelio.
4:4 ¡Después amaneció; la más completa culminación del tiempo! (¡Todo lo predicho fue concluido en Cristo!) El Hijo llegó, comisionado por el Padre; su pasaporte legal al planeta fue el vientre de su madre. En un cuerpo humano exactamente como el nuestro y vivió su vida sujeto a la observancia de la ley.
4:5 Su mandato fue rescatar a la raza humana del régimen de la ley del comportamiento -( “a aquellos entre nosotros que hemos sido secuestrados por la Ley”. The Message),
y anunciar la revelación de nuestra verdadera posición como hijos de Dios “ (Mirror)
(a aquellos que hemos sido libertados para experimentar nuestra herencia legal” (Msg).
(¡Ahora el verdadero estado de hijo es reconocido! [Jn 1:12; Ver Jn 1:11-14] “No fue que él llegó a un planeta extraño, él vino a los suyo, pero los suyos no lo reconocieron [Sal 24:1]. Pero todo el que se da cuenta de su asociación con Él, convencidos de que Él es su vida original; él confirma que somos su linaje. ¡Estos son los que descubren su origen en Dios más allá de su concepción natural! El hombre comenzó en Dios. ¡No somos la invención de nuestros padres! ¡Repentinamente la invisible y eterna Palabra toma forma visible! ¡La encarnación! ¡En él, en nosotros! ¡La más exacta y tangible muestra del eterno pensamiento de Dios encuentra su expresión en forma humana! La Palabra llegó a ser un ser humano; nosotros somos su domicilio; ¡él reside en nosotros! ¡Él cautiva nuestra mirada! La gloria que vemos no es una réplica religiosa; él es el auténtico “monogenes” -unigénito- engendrado sólo de Dios. En Él reconocemos nuestro verdadero comienzo. ¡La Gloria que Adán perdió, regresa! ¡En plenitud! ¡Sólo la Gracia puede comunicar la verdad en tal completo contexto!) (Mirror)
4:6 Para sellar nuestra posición de hijos Dios ha comisionado al Espíritu de hijo que pone un eco de Abba (Papi) en nuestros corazones; y ahora, en nuestro íntimo ser, lo reconocemos como el verdadero y amante Padre. (La vida original del Padre revelada en su hijo, es la que ahora el Espíritu nos dirige desde dentro de nosotros. [Rom 8:14] ¡La esclavitud es un pésimo sustituto de la posición de hijo! Son opuestas; una te lleva obligadamente al temor; la otra te atrae con lazos de amor a Abba Padre. [Rom.8:15] Su espíritu resuena dentro de nuestro espíritu que nuestro origen está en Dios. [Rom.8:16] Porque somos su linaje, calificamos como sus herederos, Dios mismo es nuestra porción, somos coherederos con Cristo. [Rom 8:17]).
4:7 ¿Puedes ver lo insensato que sería seguir viviendo esta vida con mentalidad de esclavo? Tu linaje te califica para participar inmediatamente en la riqueza de la herencia de Dios que es tuya en Cristo. (¡El legalismo en sus diferentes formas contradice al linaje!)
(Mirror)
No acaso el privilegio de conversación íntima con Dios dejan claro que tu no eres un esclavo, sino un hijo? Y si eres un hijo, eres también heredero, con acceso completo a la herencia. Gal. 4:7 (Msg)
Shalom y Gracia en Abundancia