¿Logré convencerte de que estás en la voluntad de Dios al creer en su Gracia? si lo estás, te tengo buenas noticias:
Entonces, ¿qué diremos a esto? Si Dios está por nosotros, ¿quién estará contra nosotros? El que no negó ni a Su propio Hijo sino que Lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también junto con El todas las cosas? Rom. 8:31-32
¿A que cosas se refiere? además de su Sangre y su vida, nos dio su perdón, su santidad, su gloria y honor, su lugar como Hijos, , su protección, su amor, su provisión, las peticiones de nuestro corazón entre muchas cosas mas, y aun nos da frutos y dones. Es difícil entender por qué muchos se rehúsan a entrar bajo este convenio en el cual no hay pierde. Estando bajo este trato, nuestro Padre Amado ya se hizo cargo de todo:
¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica ¿Quién es el que condena? Cristo Jesús es el que murió, sí, más aún, el que resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. Rom. 8:33-34
Al leer que intercede por nosotros, mucha gente se imagina que cada que pecamos, cada que lo necesitamos, Jesús va a su Padre para pedirle que nos perdone, o que nos ayude, que nos salve, mas El ya logró estas cosas con su muerte. Su padre ya nos perdonó, ya nos dio su Gracia para ayudarnos en todo, ya nos salvó; nuestra simple oración al Padre en el nombre de Su Hijo, la simple presencia de su Hijo delante de El, con sus Hijos sentados junto con El, (Ef. 2:6) será lo que mueva la Diestra del Padre en nuestro favor, porque Jesúsa es la Diestra del Padre y el oye las peticiones de los que son suyos.
No más esforzarnos por agradar a Dios y ganarnos su bendición, Jesús ya lo hizo por nosotros; no más mandas ni auto-castigos, Jesús ya pagó todo nuestro castigo y cumplió la Ley. Su amor incondicional, inagotable y gratuito ya nos fue dado, y está disponible para todo aquel que lo reciba; por tanto,
¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Tal como está escrito:
“Por causa tuya somos puestos a muerte todo el día;
somos considerados como ovejas para el matadero.” Rom. 8: 35-36
Sé que éste es el verso preferido de aquellos que creen y afirman que el sufrimiento es necesario e inevitable para el que ha creído en Jesucristo. Sin intentar sacarlos de su error, me gustaría hacer notar que Pablo está citando el Salmo 44:11, el cual habla del tiempo en el que Dios rechazaba a un pueblo (44:9) que clamaba nunca haberle faltado a su pacto, o haberse desviado de su senda (44:17-18), a pesar que la escritura confirma que realmente su pueblo nunca pudo guardar su pacto con Dios, y que a pesar de su misericordia, ellos aún no confiaban en El.
¿O acaso Pablo está sugiriendo que Dios es injusto con nosotros? o ¿estará usando este salmo para remarcar que nunca más volveremos a ser rechazados por Dios Padre, pues ya hemos sido puestos a muerte en el cuerpo de Jesús?
El verso siguiente nos da la respuesta::
Pero en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de Aquél que nos amó. Rom. 8:37
Por lo que hemos leído en este Capítulo, ya no depende de nosotros poder ser libertados, ya no depende de nuestra fidelidad ni de nuestro “guardar su pacto”; Dios ya nunca más podrá rechazarnos estando en Aquel que nos amó, Jesucristo. Él fue quien guardó el Pacto de Dios por nosotros, por lo mismo, mientras creamos en ésto, seremos librados de toda cosa que venga contra nosotros.
Me dirás: “¿Acaso no has sabido de tantos cristianos que están siendo ejecutados en Iraq o en otras partes del mundo?
Lamentablemente, la persecución, el peligro y la espada por causa del nombre de Jesús son reales, especialmente en los lugares donde el diablo reina a través de la religión. En un mensaje anterior hablé al respecto, y solo te recordaré que la Biblia dice que ellos murieron así porque “no aceptaron su rescate” (Heb. 11:35). Este rescate era “renunciar a su fe” y ellos prefirieron la muerte y con ello han obtenido mayor galardón (Mat. 5:12).
Así mismo, también es real que la continua consciencia del Amor y de la Gracia de Dios nos alumbrará a través de tiempos muy obscuros y nos ayudará a soportar aflicciones, y aun a ser librados de todas ellas, como le sucedió a Dayna Curry y a Heather Mercer, misioneras en Afganistán capturadas por el Talibán en 2001. Su libro “Prisioneras de Esperanza” relata como fueron libradas por Dios y libertadas por la Armada de los Estados Unidos.
Nuestra fe en la Gracia de Dios dependerá de qué tan bien estemos establecidos en Su Rectitud en Cristo. Aquellos que se hallen atrapados en la confusión del “ministerio de muerte” – la mezcla de Ley y Gracia que existe en el cristianismo de hoy, estarán en peligro, principalmente aquellos que les han hecho creer en un Dios lleno de ira y de castigo, ¿como podrán ser librados de no creer en su Gracia y su Amor incondicional?
Shalom