- Que No Te Roben
- En Busca de la Salvación
- Hijos De Dios, ¿Verdad u Osadía?
- La Gran Osadía
- La Gran Victoria
- Persuadidos de la Verdad
- Pablo, ¿Apóstol o Impostor?
- ¿Gracia o Anarquía?
- La Victoria de Jesús
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- La Lógica Equivocada
- La Abominación Desoladora
- La Imagen de la Bestia
- La Justicia Salvadora de Dios
- El Fundamento del Amor
- Discerniendo los espíritus
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- El Fin del Mundo
- Ardiendo en el Hades
- La Mente Abatida
- Doctrinas Que Matan.
- Escogiendo la Verdad
- Religión o Relación
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Al parecer, para sorpresa mía, ciertas denominaciones del cristianismo desacreditan a Pablo como apóstol y a sus Epístolas como ‘Evangelio’. Ellos no aceptan que Pablo fuera llamado exclusivamente para anunciar la salvación a los gentiles, ni tampoco aceptan que en sus escritos se encuentren las palabras del Cristo Resucitado para su Nueva Creación.
Algunos creyentes se aferran a Pedro como su roca, a quien de alguna manera convirtieron en el primer Papa, mas no se dan cuenta de que Pedro fue enviado para ministrar a sus hermanos ‘judíos’, unos 200 o 300 años antes de que se inventaran los “Papas”; el mismo Jesús dijo: “Y no llamen a nadie padre suyo en la tierra, porque Uno es su Padre, el que está en los cielos.” Mateo 23:9
Por el contrario, lejos de poder ministrar a los gentiles, Pedro, por lo menos al principio de su apostolado, aun tenía cabeza de ‘piedra’, pues no le debió haber sido fácil asimilar en su consciencia lo que le sucedió a la humanidad entera en Jesucristo, ni el hecho de que Dios hubiera incluido a los gentiles en su plan de redención.
Inclusive, el mismo Jesús resucitado, después de presentarse en persona ante Pedro dos veces, tuvo que aparecerle una tercera vez en un sueño, para decirle: “no llames inmundo lo que yo ya he purificado”- refiriéndose a los gentiles, porque ante Dios, no hay ser humano ‘inmundo’ – solo en la mente incrédula del Evangelio, como lo es la mente judía, lo somos, pues ellos continuan rechazando la obra redentora de nuestro Señor Jesucristo.
Otro ejemplo se encuentra en Gálatas 2, en donde vemos que la convicción de Pedro acerca de la pureza de los gentiles es puesta a juicio cuando es reprendido por Pablo, quien lo desenmascara al ver su doble comportamiento, pues estando Pedro comiendo con los gentiles con toda libertad, en cuanto algún judío se presentaba, de repente se apartaba de lo ‘inmundo’.
Curiosamente, a ésto fue lo que Pablo llamó ‘pecado’ – a la hipocresía de Pedro de querer justificarse bajo la Ley, ya conociendo la Gracia de Dios. (Ver Gal. 5:4); sin embargo, aquello que nosotros llamamos ‘pecado’, Pablo lo llamaba “las obras de la carne”, las cuales según Pablo, ¡surgen por vivir bajo ‘pecado’, es decir, ¡bajo la Ley! (Gal. 3 al 5).
Efectivamente, para Pedro, el haber conocido personalmente a Jesús antes y después de Su Resurrección, no le abrió los ojos como a Pablo le sucedió en un solo encuentro con el Cristo Resucitado. Podemos saberlo por admisión del mismo Pedro:
“Consideren que la paciencia de nuestro Señor es para nosotros salvación. En este sentido les ha escrito también nuestro querido hermano Pablo, con la sabiduría que Dios le ha concedido. Lo repite en todas las cartas en que trata estos temas y en las que hay algunas cosas difíciles de entender, que los ignorantes y poco formados en la fe interpretan torcidamente —como hacen con otros pasajes de las Escrituras—, buscándose con ello su propia ruina. Están, pues, advertidos, mis queridos. Monten guardia, para que no los seduzca el error de los libertinos ni se desmorone la firmeza que ahora tienen”. 2 Pedro 3:15-17 NBLH.
De hecho, al anunciar el Evangelio, Pablo intentaba hacer ver a los creyentes no solo lo que les había sucedido en Jesucristo, sino también que entendieran que sus creencias basadas en la Ley, les impediría experimentar su salvación.
“Aquel que quiere ser justificado por las obras de la Ley, ha dejado a Cristo sin efecto y se ha caído de la Gracia de Dios”. Gal. 5:4
“Sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado”. Gal. 2:16
“No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo”. Gálatas 2:21
“Pues lo que la ley no pudo hacer, ya que era débil por causa de la carne, Dios lo hizo : enviando a su propio Hijo en semejanza de carne de pecado y como ofrenda por el pecado, condenó al pecado en la carne,…” Rom. 8:3-4
“Porque la promesa a Abraham y a su descendencia, de que sería heredero del mundo, no fue dada por medio de la ley sino por medio de la justicia de la fe”. Rom. 4:13.
Sólo por Gracia somos Salvos. Sólo por Gracia heredamos:
“14 Porque si los herederos son los que se basan en la ley, la fe ha sido hecha inútil y la promesa invalidada. 15 Porque la ley produce ira; pero donde no hay ley tampoco hay transgresión. 16 Por esto, proviene de la fe a fin de que sea según la gracia, para que la promesa sea firme para toda su descendencia. No para el que es solamente de la ley sino también para el que es de la fe de Abraham, quien es padre de todos nosotros” Rom. 4:13-16,
Veámoslo en una versión mas clara:
“4:14 La Fe sería vaciada de su sustancia y el principio de la promesa no tendría sentido si la ley del comportamiento personal estuviera aun vigente para calificar a los herederos. (La Fe no compite con la ley. La calidad de vida que la fe revela es consistente con el diseño original del hombre y refleja la misma vida que la ley promueve.) 4:15 El sistema de la ley está ligado a traer desilusión, remordimiento y enfado; si no hay ley no hay nada que quebrar; sin contrato, no hay infracción. 4:16 Por lo tanto ya que la fe promueve el regalo de la gracia, la promesa esta igualmente asegurada para todos los hijos. La ley no tiene un beneficio exclusivo para nadie (el sistema de recompensa no puede compararse con el de regalo.) La fe es nuestra fuente y eso hace de Abraham nuestro padre”. Rom. 4:14-16. The Mirror / El Espejo de la Palabra deFrancois Du Toit,
Vivimos tiempos culminantes en los que mucha gente está despertando de una vida de mentira a una de shock, no sólo en el area de la política, de la ciencia, de la historia, sino principalmente a la Verdad que Dios cree. Mas no porque la biblia haya sido traducida bajo la perspectiva velada de hombres legalistas, no porque nos hayan cambiado los significados de tantas palabras claves, no porque nos la hayan mezclado con escritos que no eran para los gentiles, no quiere decir que el Espíritu Santo no pueda hablarnos aun a través de la escritura, la cual apunta toda hacia Jesucristo. Siendo el Evangelio de Gracia algo que ha resucitado en nuestros días, muchos ya se encuentran activos tratando de neutralizarlo. El hecho de que la biblia haya sido interpretada por gente que no entendía la lógica de Dios no le impedirá al Espíritu Santo revelarnos la verdad, a pesar de lo que diga la Biblia. No intento desacreditar a la Biblia, como muchos lo están haciendo, mas si intento que la gente entienda la lógica de Dios para que pueda interpretar correctamente todo lo referente a Cristo, a nosotros y a Cristo en nosotros, no para tratar de obtener la Viday la salvación a través de la escritura, sino para conocer a la Palabra hecha carne – el dador de la Vida viviendo su vida en nosotros mismos y experimentar así Su salvación: Amor, Salud, Gozo, Paz y tantas otras cosas más.
Pero aun no he respondido la pregunta: ¿salvación de qué?
Trataré de explicarlo en mi próximo mensaje
Gracia en Abundancia.