En el proceso de revisitar la enseñanza de la Sangre de Cristo y de la Santa Cena, el Señor me llevó a esta escritura en Juan 6, que quiero invitarte a leer una vez más del Espejo de la Palabra, la cual magnifica su significado, especificamente al entender el comentario incluido en el versículo 58, cuya explicación me parece sumamente valiosa para entender la comunión en una nueva dimensión.
Habíamos aprendido que la Pascua representa el sacrificio de nuestro Señor, hoy representada en la Santa Cena. Sin embargo, es fácil caer en el error de hacer de ella un ritual vacío o un objeto de negociación con Dios para recibir respuestas – “yo hago mi parte, para que El haga su parte”, lo cual era la lógica del hombre bajo la Ley.
Aunque efectivamente muchos hemos experimentado milagros y recibido respuestas al tomar la Cena del Señor, su poder se encuentra en comprender en nuestra consciencia el significado de este acto de fe, el cual va mas allá de la muerte del cordero, y de una simple promesa de vida eterna algún día después de la muerte, sino que es la confirmación de una Vida nueva que recibimos a través de su sangre, pues de la sangre mana la vida. Él nos ha dado su vida !en vida! para esta vida y es la misma Vida de Dios, en la cual nos encontramos completos, servidos y saciados y en la cual está incluido “todo lo que necesitamos para esta vida y para la piedad”
Te invito a leerlo de tu Biblia y a ponerlo bajo este “lente de aumento” que es esta traducción de Juan 6:51-58
6:51 Yo soy el pan de vida, salí del reino celestial a este traje terrenal, en la encarnación, para que todos puedan gozar de la idea de su verdadera identidad encarnada y reflejada en mí, ¡y descubran la vida de los tiempos (eterna) encarnada en ellos! ¡El pan que yo daré es mi propia carne; y se transformará en vida para todo el cosmos!
6:52 ¡Esto trajo una guerra de palabras entre los Judíos! “¿Cómo puede este hombre darnos carne humana para comer?” (¡Tal como Nicodemo y la mujer Samaritana en el pozo, ellos tampoco entendieron! ¡Jesús estaba señalando a un nuevo vientre, un nuevo pozo, y una nueva comida!)
6:53 (En lugar de serenar el conflicto explicándoles lo que realmente quería decir, Jesús lo puso mucho más difícil para el razonamiento religioso, diciendo lo siguiente:)
Amen, amen, les digo que ustedes no tienen (echo) vida real hasta que consuman la carne del hijo del hombre y beban su sangre. (La misma esencia de nuestro ser está fundada en nuestra asociación con Jesús, el hijo del hombre; es sólo al darnos cuenta y asimilar completamente nuestra unidad en el contexto de la encarnación como el hijo de hombre, que descubrimos la verdad de nuestra unidad en nuestro común origen como hijos de Dios. ¡Él está a punto de tomar a la humanidad con él en su muerte, sepultura, llevarla a los infiernos, y entonces resucitarla victoriosamente juntamente con él en novedad de vida!)
6:54 Asimilar mi carne y absorber mi sangre – digerirme es resonar la vida de los tiempos (eterna) y ser resucitado juntamente conmigo en la consumación de mi obra redentora. (Las palabras ho trōgōn, están en la forma presente activo participio del verbo para enfatizar un hábito continuo de comer.)
6:55 ¡Mi carne es verdadero alimento en su forma más auténtica, y mi sangre es verdadera bebida en su forma más auténtica!
6:56 Comer mi carne y beber mi sangre celebra nuestra inquebrantable unión – ustedes en mí y yo en ustedes – ¡no se podrán encontrar hasta que me encuentren!
6:57 Como el Padre viviente me ha enviado y también me sostiene así yo sostendré a aquel que me coma, yo vivo a través de mi Padre – tal como mi comida diaria me sostiene, así su vida reside permanentemente en mí – ahora ustedes también podrían deleitarse en mí, habitual y continuamente y vivir a través de mí!
6:58 Este es el pan que descendió de la esfera celestial – no hay comparación con el maná que vuestros padres recibieron del cielo [lo cual era solamente una sombra profética que hablaba de mí,] ellos comieron y murieron [sin completar su destino] – ahora deléitense conmigo y celebren la vida de los tiempos.
(¡Comer y beber es muy importante – cada comida es un recordatorio y celebra la encarnación! Cada vez que vemos la comida recordamos nuestro ser en la carne y nuestra perfecta unión con nuestro Creador, y con los demás. Ver 1 Corintios 11:26 Cada vez que comen, el mandato de su venida se hace relevante y comunica el significado del nuevo pacto. (Si ustedes comen o beben, ustedes están declarando su inclusión en su muerte y resurrección, confirmando su verdadera inocencia. …)
La palabra traducida hasta, ¹achri, de akmen, que significa extremidad, conclusión, el tiempo presente; ¡Jesús es la conclusión del tiempo profético! La palabra erchomai, venir, está en el tiempo aoristo, elthe – ¡indicando lo que ya ha ocurrido!) El cuadro profético de la mesa fue muy estratégico en el Tabernáculo en el desierto – los sacerdotes tenían que poner cada día pan fresco sobre la mesa del santuario; este era llamado el Pan de la proposición, lechem haPānīm, literalmente el Pan del rostro, o pan de la presencia. ¡La palabra Hebrea para presencia significa cara a cara! Mientras Jesús hablaba a los dos discípulos en el camino a Emaus en Lucas 24, no le reconocieron, aunque sus corazones ardían dentro de ellos mientras les explicaba la promesa profética de la redención de la humanidad en todas las escrituras, desde Moisés, pasando por los Salmos y los profetas. ¡Cuando Lucas los entrevista, el le pide detalles, porque quería conocer exactamente en qué momento de su reunión con Jesús le reconocieron! El escribe en v. 28, “Llegaron a la aldea adónde iban, y él hizo como que iba más lejos.” Wow! ¿No debería Jesús haberles dado la oportunidad de hacer la “oración del pecador”? Ni aun el mejor Rabino los podría haber llevado más adelante, Lucas 24:29 Mas ellos le obligaron a quedarse, diciendo: Quédate con nosotros, porque se hace tarde, y el día ya ha declinado. Entró, pues, a quedarse con ellos. Lucas 24:30 Y aconteció que estando sentado con ellos a la mesa, tomó el pan y lo bendijo, lo partió, y les dio. Lucas 24:31 Entonces les fueron abiertos los ojos, y le reconocieron; mas él se desapareció de su vista. ¡Jesús desapareció de su vista porque no podía estar más presente en su persona que lo que él está presente en la Palabra encarnada en nosotros! ¡En el momento que descubrimos a Jesús en las escrituras como en un espejo, nuestros corazones arden y nuestra próxima comida llega a ser una celebración de nuestra unión encarnada! “¡Todas las veces que coman y beban, me recordarán!” ¡Cada comida celebra el Templo! ¡Tu cuerpo es el domicilio de Dios en el planeta Tierra! El no habita en templos hechos de mano. ¡Nunca más necesitarás tu autodisciplina para hacer una dieta que te mantenga bien espiritualmente! ¡Autodisciplina es el lenguaje de la Ley! ¡El amor y ser conscientes del valor que Dios te asigna, enciende la fe! ¡La revelación de la verdad te hace verdaderamente libre! ¡Los días de ayuno y comida basura han pasado! La Mesa está servida y es tu cuerpo consagrado como el santuario de tu vida redimida, ¡la vida de tu auténtico diseño! Sentarnos alrededor de la mesa es una fiesta de amistad y deliciosa conversación. ¡Coman comida que bendiga el templo! ¡La mayoría de las enfermedades están relacionadas a la dieta! ¡Estudien nutrición! ¡Tenemos este tesoro en vasijas de barro! ¡Las vasijas toman su valor del tesoro que contienen! ¡Que tu mente se deleite en las realidades de la imagen y semejanza – haz de la Deidad tu dieta – digerimos a Jesús! ¡Estemos cara a cara con el Padre!
El Espejo de la Palabra. Du Toit Francois,
Te ruego que medites en lo anterior, y si te nace tomar la Cena, hazlo, pidiéndole a tu Padre una revelación personal de lo que acabas de leer.
Shalom