El saber que somos una nueva criatura en Cristo, no es algo nuevo para muchos cristianos, aunque realmente nunca sepamos lo que esto significa. Mas el aceptar que todo el mundo lo es, hará caerse a muchos del caballo en el que han cabalgado durante años o décadas. El aceptar que todos somos nacidos de nuevo, sin nuestro consentimiento, o siquiera nuestro conocimiento, llega a ser una ofensa similar a la de aquellos que están tratando de inmigrar legalmente a los Estados Unidos, y esperan pacientemente durante años su número de visa, en una lista de espera que nunca se mueve, mientras que muchos otros entran sin pedir permiso, y llegan a ser premiados con su ciudadanía, mucho antes que los que han estado formados por años. Suena como una injusticia para aquellos que tomaron la decisión por seguir a Cristo y se arrepintieron de sus pecados, y cambiaron su vida, y continúan tratando de seguir los mandamientos y tratando de ser buenos, tratando de hacer el bien, tratando de vivir la vida cristiana, y de experimentar el gozo y la paz, algunos, sin poder lograrlo jamás. Ellos entraron primero, pero aún están afuera, esperando. Para muchos otros, esto suena a una verdadera blasfemia.
No los culpo. Yo estuve ahí, y realmente ahí continuaría, de no haber tenido la Revelación de Jesucristo – la revelación de su presencia en mi vida, desde antes de que yo lo deseara o lo buscara. Ese fue el momento en el que me vi reflejada en su rostro, y descubrí mi nuevo nacimiento en su reino. Ese fue el momento en el que dejé de esforzarme, y de luchar por cambiarme o aceptarme… o ser aceptada. Entonces los efectos de mi nueva ciudadanía comenzaron a manifestarse, sin que yo tratara, o pudiera evitarlo. Mi camino de esfuerzo se terminó. De repente busqué mi depresión, mi enojo, mis demonios, y no los encontré, se fueron sin pedírselo, o sin poderlos detener, y se llevaron mi culpa y mi vergüenza de lo que yo creía ‘ser’ o ‘no ser’. Junto a aguas de reposo, me hallé y al verme reflejada, vi Su rostro.
Si tienes 10 minutos, conoce más acerca de tu nuevo nacimiento.
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Gozo y Paz.